Compartimos la mirada...

miércoles, 22 de junio de 2011

J U L I A

"Tú qué andarás haciendo.Por qué lugar caminarán tus pasos.En qué charla estarás entreverado.En qué silencio estarás amarrado como un velero al muelle.¿Estás vivo?¿No te has muerto aún de indecisión, de estupidéz, de aburrimiento?Yo me obligué a estar viva. Me obligué a no pensarte, a cambiarte por otros en la imaginación, a confundir las pieles, los gustos, las texturas, a transformar muchos hombres diferentes en ti."










Mientras Alfredo recobraba su nombre,sus recuerdos y sus afectos,una mujer en otra parte de la ciudad,lo perdia todo.


Julia camino como cada dia rumbo a la estacion del subte.


Sentia que una vez mas la vida la dejaba vacia,sola,abandonada.


Como aquella mujer magica que habia deletreado A L F R E D O,ella deletreo O C T A V I O,pero ninguna magia sucedio...


Ella tambien tenia ojos bellos, boca deliciosa,un cuello envidiado por los cisnes del zoo,y sin embargo su magia no resultaba.


Hoy era OCTAVIO,aunque ya estaba cansada de deletrear amorosamente unos cuantos nombres,para recibir a cambio: NADA!


Decidio que nunca mas se ocuparia de deletrear nombre alguno.


En todo caso que se lo deletreen a ella,y no una sino mil veces,minimo!


Y si no era un hombre,tal vez una mujer supiera como hacerlo!


O una idea.


O una conviccion.


Pero primero tenia que matar su ingenuidad,su forma infantil de ver la vida,su tonta transparencia que la llevaba a dar un tropezon tras otro.


Hoy sintio un dolor en el pecho...seguro algo de todo eso estaba comenzando a morir.









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9 comentarios:

Atenea dijo...

Precioso, aunque a lo mejor no hay que matar del todo nuestra ingenuidad ni nuestra forma infantil de ver la vida, simplemente encontrar a alguien que sepa ver esas cosas como virtudes...
Un saludo, y de verdad me tienes enganchada!!

unapareed dijo...

Si, se cuanto le puede costar a una ser transparente e infantil. Pero no crees que deben aceptarnos tal cual somos? Quizá Julia, todavía no dió con el hombre indicado. Que de cada tropezon se aprende algo! Se lleva una caspacarita y posteriormente una cicatriz! Para no olvidar..

Gala dijo...

Oh! muerta me quedo...
He leido con pasión tus letras...tanto que casi me veia a mi misma deletreando nombres que no llevan a ningun sitio.

Bajo mi humilde opinión, creo que la ingenuidad y la transparencia son dos cualidades muy valiosas... tanto más porque no las tiene casi nadie.
El amor entregado por alguien transparente es tan real, como mirarse a un espejo...no tiene nada que esconder ni ocultar...
Si el otro alguien no lo quiere es mas necio de lo que piensa... pero claro obviamente él será opaco... y su propia opacidad no le permite disfrutar de la pureza del amor ingenuo, que no equivale a tonto, sino a sencillo, noble y de verdad.

Uis que tontona me has puesto...

Un besazo, desde el mediterráneo.

Ricardo Miñana dijo...

Bonito post, un grato placer pasar por tu casa.
que tengas un feliz fin de semana.
un abrazo.

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Hola, no se tu nombre, pero gracias por quedarte a mi lado.
la visión que nos das en tu post es a menudo corriente, pero hay que poner motivos s la vida si la misma vida ya no te es un motivo. En la imaginación de Julia, tan silo había un hombre, el que no pudo conseguir.
Te dejo mi ternura
Sor.Cecilia

Anónimo dijo...

Me gusta como describes situaciones comunes, de una manera poética.

Saludos cordiales.

Unknown dijo...

JU-LIA, deletreaba en mis soledades... seguí más solo que la una, JU-LIA grité y me respondio el silencio.

No importa, seguí mi camino de soledades y en la soledad más paupérrima encontré una fuente de agua cristalina, bebí hasta saciarme y grité: SO-LE-DAD y acudió... seguí mi camino.

Me gustó el blog.

Anónimo dijo...

Mala idea es volvernos duros, apáticos y desamorados, tal es la intención de la protagonista. Sé que esta época -principalmente- obliga a ir dejando tirados ciertos valores, pero ¡qué importante es ser diferentes! Que afuera ya no hay humanidad, puede ser. Yo, sigo encontrándome gente muy valiosa.
Un abrazo.

Pilar Abalorios dijo...

Al deletrear su nombre encajaba mis letras en las suyas, buscando las curvas cóncavas y convexas, hasta que comprendí que mi cuerpo aputado ya no era mi cuerpo.


Un placer llegar aquí, gracias por la invitación.