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sábado, 1 de febrero de 2014

Tengo más yuyos en la cabeza que la madre tierra en todo el cuerpo




Que ambivalencia.
Por un lado las amo y quiero comérmelas a besos.
Pero hay momentos en que me siento como una flor a la que revolotean mil abejas,mis hijas.
Si,en época de vacaciones las tres parecen mil,millones,infinitas voces gritando,pidiendo,insultando:"mamaaaaaaá!!!!!!".
Por momentos respondo,respondo,hago,hago....
En otros me meto para adentro como un caracol,me hago un pequeño bollito,me tapo como los chicos pensando que así desaparezco.
Mi cabeza repite:_"mamá,mamá,mamá!!!!!!".
Y hay días que estallo y he llegado a sentirme mareada.Las vacaciones de los chicos son una gran tortura para las madres.
Para los padres sigue la vida como en el resto del año,pero para nosotras...
Para nosotras es tener compañia permanente.
Olvidarse de llegar a casa y tener un momento a solas,leer un libro,ver una película.
Tomar un te,café,mate.
Y hablando de poder tomar,cualquier cosa que ponga en la heladera desaparece a la velocidad de la luz.
Ni hablar si el enjambre trae amistades!
Cuando de tres pasan a seis,nueve o más.
A veces siento que me alejo,que me veo desde el ángulo del cieloraso como describen esos que dicen haber muerto un rato, pero aún están por aquí (los que mueren pero mueren de verdad,nunca vinieron a contar nada!).
Me veo y me siento sin vida.
Un robot que prepara chocolatadas,levanta toallas mojadas,junta vajilla desparramada por la casa.
Que inventa salidas,juegos,pinta y prepara comida.
Un robot que no puede ni debe quejarse pués vive la vida que de alguna manera eligió...Bah! de alguna manera, porque cuando una elige casarse y tener hijos no tiene ni la más remota idea de lo que quiere decir eso y menos si lo eligió muy joven.

Un día dormía en mi camita rosa de princesa,con el papel de la pared floreado y pósters de Picasso (La famosa paloma),Freud (ese con una mujer desnuda mezclada con su cara),Sara Key,la niña eternamente ingenua...
Al día siguiente dentro de un vestido blanco bordado que pesaba más que yo,en un auto azul muy pomposo rumbo a mi casamiento!
Nunca más dormí en mi camita rosa.
Los posters y las paredes floreadas dieron paso al atelier azul de mi papá.
Y así comenzó la cadena de ganancias y pérdidas.
Hoy extraño mucho,pero mucho mi tiempo.Más que aquella camita y aquella vida.
Mi tiempo a solas.
Mi tiempo de mirar el techo,de ponerme crema en la cara,de tirar mi placard al suelo y ver que hay.
No me quejo,o no del todo.
Tengo hermosas hijas que son el motivo exclusivo de mi existencia.
Pero un recreo...
Quiero jugar a las escondidas y que nadie pero nadie me encuentre.Salvo yo.


5 comentarios:

LAO dijo...

De alguna manera todos tenemos nuestro propio planeta al que no debemos dejar de viajar amiga apreciada SINDEL... es gratis.

Pitt Tristán dijo...

Dicen los que tienen hijos que no hay nada que aporte más felicidad que ellos, quédate con ese lado tan positivo.

Guantes De Lana dijo...

Muy bueno el texto, hace que uno se sumerja en ese lugar. Ya esucho en mi cabeza el ¡mamá mamá!. Muy buena catarsis.
A disfrutar siempre de todo.

besos totales

escuchando palabras dijo...

me encanto tu relato, feliz comienzo de semana!

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

He venido por primera vez a su blog. Me gusta, tanto en su diseño como en lo que escribes. Me apunté como seguidor suyo y le invito a que venga a mi blog, se apunte para quedar enlazados y seguirnos comunicando.