Tengo las ideas capturadas
en un edificio amarillo sin balcones.
Tal vez abra una ventana algún ave,
que pose sus alas cansadas de la lluvia
o del viento,
o del hastío de volar sin rumbo.
Tal vez un amanecer o atardecer
o algo en relación al sol
levante las persianas,
para que la luz juegue un rato
con las partículas de polvo suspendidas.
Eso,
todo eso
puede soltar ideas encarceladas.
Eso
y un beso.
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